Se respiraba un ambiente lindo hoy en el Siles. A Bolívar, el disque mejor equipo de Bolivia, le habían metido ocho. Y el Tigre necesita golear. A los periodistas bolivaristas se les notaba una extraña tristeza en el relato radial. Incluso algunos hablaban de duelo. The Strongest con tres delanteros fue un vendaval frente a un Guabirá alterno que solo piensa en evitar a Wilstermann en los cruces del descenso. En la primera parte cayeron cinco goles –igual que en Brasil- y en la segunda otros tres. Igual que en Brasil.

Fue la noche de Rodrigo Ramallo que nada más se pitó el final corrió a la curva sur para recuperar la pelota y llevársela a casa pues no todos los días se hacen tres goles, el ansiado “hat trick”. La única nota negra (el resto todo fue aurinegro) fue la inmerecida expulsión de Lucho Méndez al tratar de parar una contra del “Pony” Araúz, el jugador más peligroso de los azucareros de Montero. Es la única baja stronguista cara a la final del domingo contra San José en Oruro.

Los dos cambios que metió Villegas en el descanso –desde la preferencia donde volvió a dirigir al equipo- trajeron buenas noticias: Cristaldo entró entonado, hizo un gol y repartió fútbol mientras que Bejarano sumó minutos para volver después de una grave lesión. De cara al arco, “Chamagol” volvió a perdonar demasiado y a la finalización del partido dijo adiós a la hinchada pues aseguró que quiere volver a Chile para despedirse del fútbol en su Colo Colo con el sueño de llegar a los 200 goles. “No me siento bien tratado en el Tigre pero me voy contento por el título conseguido, ojalá llegue otro nueve que haga diez goles como yo”, dijo González a los micrófonos de la Red Deportiva.

Fueron ocho goles pero pudieron ser mucho más, como pedía la curva sur con "uno más y no jodemos más". Se consiguió el objetivo: ganar y golear para superar la diferencia de tantos respecto a San José, por si Oriente empata en Potosí y hay triple empate en la punta. Villegas, sabiamente, reservó únicamente a Pablo Escóbar, sustituido en la mitad de la segunda parte. El capitán y caudillo es pieza fundamental para la final de Oruro y así lo entendió la hinchada que coreó su nombre con entusiasmo. Escóbar tan sólo besó el escudo, como lo hacemos todos los stronguistas soñando despiertos por el bicampeonato. Otra vez el Tigre viniendo de abajo, luchando hasta el final, contra todo y contra todos, para lograr otro título.

Post scriptum: Los tantos fueron de Ramallo (3), Cristaldo, González, Escobar, Ojeda y Lima.

- Más de 6000 espectadores en una noche fría, en la que los Stronguistas nos calentamos y deleitamos con la gran cantidad y variedad de goles…

- Noche inspirada la de Rodrigo Ramallo quien hizo la tripleta soñada por cualquier goleador, ratificando que su nivel ha subido considerablemente tal como lo vimos en los últimos cotejos; se ha vuelto imprescindible en nuestra conformación especialmente por el “hambre de gol” que está mostrando y que debe ser esencia de todo centro delantero.

- Además de nuestros 8 goles festejados ruidosamente, la gente aplaudió otros ocho goles que se escuchaban allá en un lejano lugar donde Neymar y sus muchachos se encargaban de pisotear la soberbia de los que sabemos…

- Nuestra goleada ya andaba por los 5 goles y ya había concluido el partido de la Libertadores, cuando la gente empezó a corear “OCHO!, OCHO!, OCHO!”, pidiendo obviamente llegar a esa inusitada cifra para tener un motivo más para hacer la vida imposible a los que sabemos. Los muchachos cumplieron a la perfección…, fueron OCHO ni más ni menos…

- Lo malo del partido fue la injusta expulsión a nuestro zaguero Luis Méndez quien no podrá ser parte del próximo partido; lugar que será seguramente cubierto por Matías Marchessini, de quien seguimos esperando verlo jugar tal como lo hizo frente al Santos allá en el Brasil. Ojala esta vez se dé.

- Todo dice que el de ayer fue el último partido del “Chamagol”, tanto por sus declaraciones a los medios periodísticos como por su nivel que no mejora…., una pena que no haya rendido como todos esperábamos, sin embargo hay que reconocerle su educación y humildad.

- Esperanzador el retorno de nuestro buen mediocampista Alejandro Bejarano, luego de aproximadamente 5 meses de continuas lesiones que nos privaron de contar con su calidad y astucia; lo bueno es que demostró estar restablecido y presto para ingresar cuando así se lo requiera.

- Ayer fruto de la goleada, logramos tener el mejor gol diferencia de entre todos los equipos (+18) y aquello puede ser determinante a favor nuestro en caso de un triple empate.

- EL domingo se juega la gran final en Oruro, ciudad que todos quienes hemos visitado una o varias veces para apoyar a nuestro plantel, sabemos de que su gente no es de la más respetuosa y tolerante del país, por lo que públicamente solicitamos a nuestra DIRIGENCIA, interponga sus buenos oficios ante la Policía Nacional para que nos ofrezcan las garantías necesarias tanto dentro como fuera de la cancha; y que esta sea una verdadera fiesta deportiva…
Señores Dirigentes: Está en sus manos…

algunos le quieren endilgar y prende una radio, se conecta a una red social, llama a su amigo o familiar que le puede informar del resultado o simplemente prefiere enterarse al ver el resumen del partido por televisión.

Le propongo una hipótesis aún más bizarra: Usted ha ido con su familia al partido del Tigre y ha escogido un lugar desde el cual sus hijos, su esposa/o o usted mismo/a pueda disfrutar el partido. Esto aparentemente significa que a usted no le interesa en lo más mínimo el partido, que usted debió haber llevado, aparte de dinero para pagar las entradas, cuetillos, pompones, papel de télex, humos de colores y un buen par de zapatillas para observar el partido de parado/a. Si usted no hace eso, no tiene derecho a ponerse una camiseta con los colores del club, y menos a exigir resultados, porque como nunca ha alentado, es un/a hincha de la vida y de la bohemia, un/a hincha X.

La primera opción no es del todo viable. Tendría que contratar a un albañil que ensucie su sala, a menos que usted mismo/a haga el trabajo, lo cual tendría que ser realizado sin escuchar el partido o verlo por internet, porque no merece el privilegio de ser hincha stronguista. La segunda opción es la más factible y saludable, porque encierra el mismo cariño, pasión y sufrimiento que cualquiera de los hinchas de cualquier barra organizada, todos absolutamente legítimos y leales a los mismos colores.

La presencia de las barras organizadas es un estímulo importante para el equipo y para el público. Su asistencia a los partidos y sus viajes al interior representan nuestra firme intención de apoyar a los jugadores y de proyectar la imagen de una institución fuerte a nivel Bolivia. Además, introducen en sus miembros más jóvenes vivencias y experiencias de triunfo que reforzaran su sentimiento stronguista por muchos años. Pero de ninguna manera representan el ideal del comportamiento del hincha y menos aún, todo el universo de representaciones psicológicas, sociales, culturales e incluso económicas que el club tiene para cada uno de nosotros.

Los hinchas por ejemplo, de los Estados Unidos, que han publicado un video sobre cómo han vivido el campeonato obtenido frente a Universitario en Sucre, constituyen por antonomasia, el grupo de hinchas que más sufre, porque a menos que tengan un estatus migratorio que les permita salir y entrar de ese país, no verán al tigre nunca más en su vida. Y su lejanía geográfica no es impedimento para considerase hinchas, ni tampoco para mis amigos que nunca van al estadio por agorafóbicos o cleptófobos, los cuales, ya sea en su casa en Callapa o en su departamento en San Pedro, compran posters solamente cuando salimos campeones, engrampan la chalina del campeonato en la puerta de entrada o se encierran en sus juegos de videos, sudando la gota fría literalmente, porque tenemos que defender un resultado que parece indefendible. La idea es sumar hinchas, no vilipendiarnos entre nosotros.