The Strongest (1) vs. Blooming (0)
Un golazo de Escobar derivado de un grueso error del rival y un disparo errado de Chumacero es todo lo que hizo el Tigre anoche para ganar un partido en el que a priori era favorito.

The Strongest jugó anoche uno de los peores partidos de la temporada, y miren que era difícil jugar peor y todo por un planteamiento técnico tan evidentemente malo que no hubo una sola persona que no estuviera de acuerdo en que este partido lo ganaron los jugadores a pesar de que Farías hizo todo lo posible porque se pierda.

Ya me parece increíble que el 'hermano menor' siga en el Tigre después de la debacle del Clásico, pero tiene razón la gente que dice que "la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer" y nosotros le estamos dando de comer sabiendo que cuando llegue Navidad todo se irá a la porra.

Hace unos meses era impensable que el Tigre juegue timorato, a la defensiva, defendiendo un mísero gol frente a un rival tan mediocre como es Blooming y encima en La Paz, en nuestro 'Siles' que antes era invulnerable.
Pero ayer vimos como los celestes orientales nos dominaron por completo y solo su ineficacia y las manos salvadoras de San Daniel (Vaca) evitaron otro trago amargo.

No quepa dudas de que el resultado es muy bueno para nuestros intereses, porque anoche había que ganar para seguir peleando arriba, y está victoria es con ese fin un gran resultado.

Pero el verdadero hincha atigrado sabe que no vale ganar así porque no es hincha de resultados, tanto si se gana como si se pierde. Esta victoria no tapa que el equipo que tenemos, con los mejores jugadores del país, este tan mal estructurado que termine jugando a defender el resultado en su propia cancha.

Y don Cesar Salinas, muy calmado, muy satisfecho porque ese señor no sabe de fútbol. Solo sabe lo que le dicen sus consejeros y ellos le han dicho en resumen "con tal de ganar todo está bien".

Pero en el momento en el que nos enfrentemos a un equipo de jerarquía y perdamos comenzará a hablar pestes de Chumacero y del equipo cuando es culpa suya el no reforzar el equipo, el tener a un practicante de Director Técnico en la banca, que está arruinando 7 años de verdadero proceso.

Sorprendentemente afirma que "es demasiado pronto para pensar en refuerzos" y yo me pregunto ¿cree que en dos semanas se adaptarán los refuerzos por más buenos que sean? ¿Cree que un equipo se prepara en dos semanas para competir contra clubes que valen miles de dólares más que nosotros?

Yo quiero gritar ¡no! No señor Salinas, el Tigre no es un equipo que se conforma con participar. El Tigre nació para ser Campeón. No señor Salinas, el objetivo del Tigre no es 'clasificar' a la Copa Libertadores cada año, el objetivo es salir campeón de Bolivia cada año e intentar ser campeón de la Libertadores.

Este conformismo es inaceptable y se está trasladando a la cancha donde cada vez más nos alejamos de la esencia del Tigre y del fútbol. El Tigre no es un simple negocio donde una clasificación vale más que un campeonato. La sede no es supermercado. El complejo deportivo no es un parque de diversiones.

El Club The Strongest es una institución que tiene por fin el de desarrollar el deporte paceño y boliviano.

El Tigre necesita un estadio, pistas de atletismo, piscina olímpica. Necesita un coliseo y necesita desarrollar el entorno para que se reactiven sus equipos de baloncesto, voleibol, tenis, etc. Y esas actividades son las que deben proveerle de los recursos para su mantenimiento, no convertir a The Strongest en un centro comercial.

Está falta de visión es solo debido a una mente pobre, a una forma equivocada de entender las cosas. Si quiere abrir supermercados, gasolineras o parques de diversión hágalo, pero no a nombre de The Strongest ni en los predios del Club, todos los cuales deben dedicarse al deporte.

No está mal que empresas de otros rubros apoyen al club, pero nunca que el nombre del Club se corrompa de esa manera.

Por favor, pensemos en grande, tengamos la idea de que The Strongest es un grande de América y darse ese lugar. A Daniel Farías ningún equipo que aspire a ganar la Libertadores lo contrataría, por qué nosotros si?

César Farías ya dijo que "nunca repite" y no me parece mal. Su ciclo terminó, un gran ciclo, y ahora debemos continuar con nuestras vidas.

Tenemos grandes profesionales en nuestro entorno, si vamos a darle oportunidad a alguien que sea a ellos, y lo mismo vale para los jugadores.

Con inmensa tristeza veo como el talento de Henry Vaca se desperdicia en la banca mientras que jugadores de probada ineptitud están 'jugando'.

¿Hasta cuándo estaremos así? ¿Hasta que lo hayamos perdido todo?

Cuando el “match” termina, bajan aplausos tímidos desde la grada y también pitos. El Tigre gana y acosa al líder, Bolívar, a dos puntos. Los micrófonos de la radio sacan una declaración de extrañeza de Wálter Veizaga: “no sé que quiere la gente, estamos cerca de la punta, tal vez tienen algo en contra del técnico”. Pero es al revés: el novel señor Daniel Farías tiene algo en contra del equipo (o en contra de sí mismo). The Strongest no jugó bien, hizo un gol gracias a un grosero error en salida de Blooming (que mereció empatar) y optó por dormitar, por ralentizar el juego, por dejar pasar los minutos. ¿Por qué juega mal? El primer responsable es el entrenador. Sus constantes cambios de dibujo, sus experimientos absurdos y su permanente confusión contagia al equipo. Incluso ha transmitido esas malas sensaciones a jugadores otrora destacados. La joven promesa Henry Vaca ha perdido la confianza en sí mismo, debido al ostracismo al cual le ha condenado Farías Junior.

El Tigre comenzó “jugando” con el clásico 4-3-3 pero en la segunda parte Wayar se colocó de central en línea de tres junto a Marteli y Maldonado. Luego, en otra decisión incomprensible, Jara sustituyó al “Toco”. A esas alturas, me declaro incapaz de entender la idea futbolística del menor de los hermanos Farías.

El segundo responsable es el propio “eleven”: no hay funcionamiento colectivo, no se fabrica volumen ofensivo, no se llega al arco rival, se abusa del pelotazo frente a unos centrales grandotes y los rendimientos individuales han sufrido un bajón difícil de explicar (Chumacero, Escobar, Castro, el desaparecido Alonso… pareciera que se han conjurado para mostrar más apatía que coraje).

El tercer responsable (pueden ponerlo de primero) es una dirigencia que mira desde un costado el descalabro futbolístico (la tabla es otra cosa) y no mueve ficha. ¿No es hora de que lleguen refuerzos de calidad para que se adapten al equipo y a la ciudad y puedan sumar en el inicio de la Libertadores en enero? Los pitos de la hinchada no se la agarran con Daniel Farías por un tema personal (que también) sino con un equipo apagado y una dirigencia indolente y perezosa.

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The Strongest, con fallas, le ganó a Blooming que mereció más

Jueves 19 de Octubre, víspera de conmemorar el Cuatrocientos Sesenta y Nueve Aniversario de la fundación de Nuestra Señora de La Paz; stadium Hernando Siles, con temperatura baja a la hora del partido, cielo casi despejado sin amenaza de lluvia y regular asistencia de hinchas del aurinegro. Así se caracterizó la doceava fecha del Torneo Clausura 2017, donde sin jugar un buen partido nuestro equipo logra un valioso y apretado triunfo que nos acerca a la punta. Antes de iniciado el partido, la expectativa era: ganar sin importar el resultado, pero nadie se imaginó que terminaríamos apretando los dientes.

El profesor Daniel Farías alineó el equipo que se presumía como probable desde la jornada pasada, con la inclusión de Diego Wayar quien sin descollar, jugó un buen partido, pese a un despeje defectuoso que casi deriva en jugada de gol por parte de la Academia Cruceña. Sin embargo, su presencia en la cancha es muy importante.

Fue el partido número setenta, el jugado por Atigrados y Celestes de Santa Cruz, donde la supremacía es evidente; cincuenta y nueve triunfos para nuestra escuadra ratifican lo dicho. El último partido jugado en el coloso de Miraflores en abril pasado, Blooming tuvo que soportar una estrepitosa caída por seis goles a cero.

Esta noche nuestro ex cachorro Alejandro Chumacero, fue homenajeado por sus compañeros con una camiseta enmarcada en cristal, al haber completado su TRESCIENTOS UN partido, vistiendo la Gloriosa Oro y Negro; además de ese homenaje, vistió el "Cintillo de Capitan" en este partido. Muy merecido homenaje. Curiosamente, los dos capitanes registraron la misma estatura, simpático detalle.

Los cambios realizados por el profesor Daniel Farías en determinado momento del partido, originaron rechifla total por parte de la hinchada rechazando esas decisiones. El Toco Maldonado, tuvo que ser reemplazado por lesión, lo que obligó, en este caso, a realizar el cambio.

Y nos comienza a preocupar los gritos que comienzan a bajar de la tribuna; empiezan a escucharse varios “saquen a ese inútil !”, “fuera Farías!”,…, y es que el tigre no está jugando bien, y hay jugadores que no justifican su presencia en The Strongest y menos en el equipo titular.

Sin embargo hay que destacar lo bueno, aunque muy poco…; gran actuación de Fernando Marteli que para nosotros fue la figura del partido, recuperando aquel nivel que incluso lo llevó a la selección nacional; ojala que otros de nuestros jugadores sigan su ejemplo y vuelvan a ser los de antes.

Meritoria también la actuación de nuestro portero Daniel Vaca; de quien gracias a 3 soberbias intervenciones, los de la academia cruceña no nos amargan la semana.

Nuevamente debemos referirnos al arbitraje; esta vez le toca al orureño Alvaro Campos ser severamente cuestionado. No quiso cobrar un claro penal por "mano" dentro el área de Blooming, la cual fue reclamada por varios jugadores aurinegros. En muchas otras acciones, se hizo el de la vista gorda, como se dice comúnmente. Es un mal endémico, difícilmente curable!!

Este próximo domingo tenemos 2 cotejos importantísimos; en horas de la mañana por el Torneo de Reservas, The Strongest buscará vengarse de la goleada de 6 a 1 recibida en Tembladerani por parte de la academia celeste, lance a jugarse en el Rafael Mendoza Castellón a partir de las 10:00 de la mañana con ingreso libre y gratuito; en tanto que en la tarde noche el primer plantel visitará a San José en Oruro; cotejo difícil, luego de la victoria ayer del Santo ante Wilstermann por 3 a 1.

VAMOS TIGRE!; vamos por las victorias!

Ganamos, y nuevamente fue la calidad de los jugadores y la garra lo que nos dio el partido.
El partido con Blooming resultó mucho más complicado en la cancha que lo predecible en los papeles.

Desde la falta de referencia de marca, reflejo aparente de la insuficiencia de estudio del rival, pasando por graves problemas de salida en el medio, donde Wayar tuvo probablemente su peor partido (alguna vez le puede pasar a ese formidable volante de contención en el que Diego se ha convertido), hasta el juego negligente y desentendido en ataque de Alonso, que no fue percibido por el menor de los Farías, mostraron una insuficiencia de trabajo táctico.

Pablo se cargó en la espalda el ataque, Chumacero volvió a ser el volante que impide la salida contraria, Martelli (al margen de un horrible error contra la línea de meta el primer tiempo) le dio solidez y salida a la defensa, con un Veizaga algo impreciso, un Castro dubitativo a la hora de decidir la jugada y los dos Bejarano en un partido bastante correcto que completaron un Tigre de jugadores y no de equipo.

En efecto, puesto a puesto fuimos siempre mejores, pero en propuesta e idea de juego fuimos superados. La entrada de Vaca debió ser por Alonso, Galindo debió sustituir a Wayar, y la entrada de Jara se justifica solo si Toco estaba muy condicionado con la amarilla o lastimado.

La garra está y los jugadores también. La defensa juega bien cuando hay contención, los laterales y el medio son de selección, y Pablo se las ingenia adelante porque le falta socio. Con este grupo de jugadores se puede tener un gran equipo.

Pero las victorias esconden las cosas y pueden hacer pensar que está todo bien.

Además, ahora no hay más que coincidir con Salinas. Ya no hace sentido pensar en refuerzos. No los podríamos usar este torneo, y es un sinsentido traerlos ahora. Mi preocupación está en el banco.

Un amigo me dice que Farías entrena bien, pero que tiene miedo. Pues con miedo, difícil dirigir al Tigre. Claro que un cambio debe ser para mejor, para traer un técnico para mucho tiempo.

En fin, acabamos poco menos pidiendo hora, y no era necesario.

Lo bueno, es la victoria, el acercarnos a la punta, a volver a ese lugar de cazador que nos gusta. Viniendo desde atrás a dar el zarpazo. Es claro, la presa siempre corre delante hasta que pasa lo inevitable. El Tigre está en situación de pelear el campeonato.

Lo bueno es que hay Pablo, y Chuma, y todos los demás (menos Alonso).

Lo malo es que seguimos sin volumen de juego, seguimos sin una idea clara de a qué jugamos. Es saludable, sin embargo, que Farías reconozca que no se jugó bien.

Lo feo es conformarse con un gol, acabar defendiendo, aguantando, sin imponer autoridad en el juego, poco menos pidiendo hora. No es necesario. Somos mucho más que eso.

El Tigre puede pelear el campeonato, y tiene con qué. Es una alegría tener objetivos y oportunidades. Estará lindo jugar el resto del torneo.

Mario Kempes fue el estandarte de un equipo argentino menotista y campeón del mundo en 1978. Alonso, Ardiles, Bertoni, Fillol y Passarella, entre otros, integraban ese plantel que derrotó a la potencia tulipán por 3 a 1.

A punta de voluntad y pundonor, Mario anotaría el gol definitivo para coronar a su país como una potencia futbolística. Kempes, luego, desarrollaría su carrera en Argentina, España y Austria, entre otros destinos, y era dueño de una pierna zurda luchadora y de mucho coraje. Con más de 300 goles profesionalmente anotados, dedicación y entrega puros a la hora de intentar anotarlos, sumados a su corpulencia física, denotaban el modelo de centro delantero que los europeos privilegiarían por años.

En 1999 Kempes volvería a sentirse campeón. Con Taquiña como auspiciador y un diseño de camiseta moderno para su momento, el Tigre quería nuevamente ser protagonista del torneo de la LPFB y merced a los resultados conseguidos, pudimos acceder al hexagonal final y derrotar a nuestro tradicional rival gol de Antonio Vidal Gonzáles mediante. Resurgían las figuras de Danny Callaú, Ronald Arana y Richard Rojas, al mismo tiempo que el equipo se sostenía en Adrián Romero, Sandro Coelho y el veterano del arco, Marco Barrero. Álvaro Peña y su hermano José formarían un peligroso tándem de ataque que iba a tener partidos de gloria como ese. Por los laterales, asomaba tímida la figura de Ronald Gutiérrez sumada a la veteranía del "Tiquipaya" Torrico.

Ese clásico nos permitió volver a la Libertadores. La expulsión de “Pepe” Peña, luego del gol de Vidal, nos ponía en una situación desventajosa porque el rival se venía con todo y por momentos parecía que nuestra estructura defensiva no iba a poder resistir. Pero éste era el equipo del Matador. Aliento por delante, Barrero era Fillol, Romero Passarella, Coelho Ardiles y Solíz Bertoni. Kempes le dio al equipo no solamente ambición por ganar y jugar al tope de sus posibilidades, sino también hambre de gloria, de querer más de lo que se tiene y de creerse con el derecho de luchar y soñar.

Antes de Kempes la locura táctica se apoderó del Tigre, y debido a los malos resultados y a una administración caprichosa de Sfeir que alternaba como el YinYan lo muy bueno con lo muy malo, algunos medios especulaban con la posibilidad de que el Tigre descienda y se “reconstruya”. Ignoraban que en nuestra historia está el nunca rendirse. El nunca abandonar. Kempes era la encarnación de esos valores y diseñó un equipo que aunque con problemas económicos profundos, fue el único que le hizo frente al Blooming de los hermanos Fernández (Antelo, Limberg Gutiérrez, Tufiño, Couceiro, Menacho, etc.).

El Matador le devolvió la garra a un equipo que la había perdido en especial en los clásicos. La mística de Viloco y el espíritu del primer campeón retornaron con este también campeón del mundo, que con su hermano le inyectaron sangre a un plantel veterano, consagrado esa noche. Miles juraron lealtad a los colores stronguistas con los ojos humedecidos por lágrimas eternas. Kempes ya estaba nuevamente en el mapa, como lo que es, un auténtico campeón. Ahora comenta partidos para ESPN. Pero esa noche Kempes se sentó a tomar nuevamente una cerveza con los dioses del fútbol, al igual que en 1978 con su selección nacional. El espíritu del matador es la garra atigrada. En 2003 otro campeón del mundo nos sacaría bicampeones. Es posible que al
igual que Kempes, el destino del Tigre no sea otro que ser campeón del mundo.

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a Oriente Cholero...