Real Potosí (1) vs. The Strongest (2)
Se lo echa tanto de menos al gran Chupita, especialmente en estos momentos en los que el equipo no rinde bien y donde él con su optimismo nos transmitía ese amor incondicional y esa idea de que pase lo que pase, al final el Tigre siempre vuelve a lo más alto.

Chumacero habló el otro día de buenos y malos hinchas, como si no hubiera visto la gran barra atigrada que viajó hasta Sucre para verlos perder con el peor Universitario de los últimos años, como si no viera el apoyo incondicional de los más fieles partido a partido a pesar de que el equipo y en especial él hayan bajado tanto su rendimiento.

Es que el hincha tiene que tragar todo sin rechistar? Es que hay que aplaudir al plantel a pesar de que estén jugando pésimo? Debemos sonreír sabiendo que el nivel que están demostrando no es el que de verdad tienen?

Señor Chumacero, somos hinchas, pero no estamos ciegos, aunque un buen resultado a veces llegue a tapar todos nuestros problemas, y aún así, muchos de nosotros estamos preocupados porque ganarle a Real Potosí no significa nada si siguen demostrando un juego muy lejano al nivel requerido para competir en la Libertadores.

El Tigre anoche volvió a demostrar las mismas fallas frente a un equipo realmente débil, pues si The Strongest jugara a la mitad de la capacidad que demostraba en los inicios de la Copa, este partido hubiera sido cómodamente ganado y por un abultado marcador.

Pero no se equivoquen. Yo no reclamo goles. Me hubiera dado igual ganar uno a cero o medio a cero si el equipo juega bien, pero jugando como lo hizo anoche, ni con cinco goles me llegarían a convencer, menos con un ajustado 2 a 1 contra un rival muy inferior que además tenía un hombre menos y que por poco nos arruina la noche a falta de dos minutos para el final porque nuestra defensa es una porqueria.

Alonso estuvo presente en las jugadas más importantes del partido, pero no porque haya mejorado su rendimiento, sino porque el DT insiste con él dejando de lado a jóvenes con mucha más proyección.

No hay duda de que Alonso es un gran pateador de tiros libres, pero ahí acaba todo lo que puede aportar y no lo trajimos para eso. Anoche volvió a fallar un gol increíble y jugó, pero lejísimos de lo que demostró por ejemplo en el partido en Lima.

El gol de la victoria fue pura suerte. Me da pena decirlo. Porque el equipo otra vez ya estaba rendido, con la lengua fuera (y es que encima nuestro estado físico va para peor), pues esa pelota bien pateada por Alonso, se entró al arco con la complicidad de toda la defensa potosina.

Me parece increíble que Farías siga dirigiendo al Tigre a pesar del fracaso del Clásico. No se está haciendo nada ya. El Tigre está abandonado a su suerte y a este ritmo poco se podrá hacer en la Libertadores del próximo año.

Quisiera ser como el Chupita, pero no puedo tapar mis ojos y seguir como si nada viendo a mi Tigre caer en un pozo donde solito se está metiendo.

Sin embargo sé que todo esto pasará. Que el Tigre es más que un técnico mediocre, que unos jugadores desangelados, que una dirigencia sin cariño por el Club.

El Tigre seguirá siendo grande y algún día nos dará alegrías que ni soñamos hoy.
Viva el Tigre carajo!!!

En la prehistoria del fútbol boliviano, los telegramas fungían de “guasap” para transmitir los resultados de los partidos. Si retrocediésemos un siglo para atrás, el mensaje desde Potosí diría: “Noche fría, Partido feo. Cancha más fea, aún si cabe. Muchas frazadas en las tribunas del Víctor Agustín Ugarte. Alonso se pierde un mano a mano. Bejarano hace de nueve, cabezazo sin marca a la salida de una pelota parada, gol del Tigre, el número 3.000 en la Liga. Fin de la primera parte”.

Los jugadores de The Strongest aseguraron antes del partido que están cien por cien con el entrenador, Daniel Farías. Antes, la dirigencia había filtrado el nombre del posible sustituto del señor Farías. El supuestamente elegido es un ex jugador stronguista, ex de la selección ecuatoriana, el argentino Gustavo Quinteros. ¿Surtió esta filtración algún efecto? ¿Influyó la rabia de perder el clásico? ¿Pesó la tabla con el líder a ocho puntos y la conjura de no regalar más unidades?.

El caso es que el mejor de los Farías volvió a apostar por su penúltimo dibujo favorito, colocó un 3-4-3 con mucha llegada de los Bejarano por los costados (Marvin vuelve poco a poco a su gran nivel), dejó de nuevo a Wayar y Henry Vaca en la banca y apostó por la tenencia de la pelota (a ratos, impreciso, a ratos cansino, a ratos intrascendente). Real Potosí, que ha perdido ya en casa con Bolívar (2-3) y con Wilstermann (2-5), evidencia una problemática falta de volumen ofensivo.

Llega el telegrama de la segunda parte: “Más de lo mismo. Castro la pisa. Noche gélida, más feo el partido. Crecen las frazadas.Ramallo por Vargas. Roja para colombiano Wilder Salazar, de Real Potosí. Castro la pisa.

El segundo gol atigrado está cerca. El Tigre no liquida. La delantera sigue sin mojar. Castro la pisa. A falta de dos minutos para el final, pelotazo del “joven” Darwin Peña, gol potosino, (otro) regalo de la defensa, esta vez de Maldonado. En el 90, falta de Alonso con rosca que se cuela, tanto de la victoria, gol liguero 3001”. El Tigre, en el día de su hincha, abrigó a su cuestionado técnico, le dio oxígeno y se hizo con tres puntos necesarios.

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VAMOS TIGRE!, LEVANTA TU CORAZÓN!

Cualquier equipo más o menos serio nos ganaba el partido. No por falta de jugadores o de capacidad técnica, sino porque la disposición y la falta de ambición que vienen del banco son realmente vergonzosas.

Uno tendría que decir que “jugamos menos peor” que ellos, si no fuera por el daño que esa expresión le hace al castellano. Lo cierto es que Bejarano metió el gol y nos sentamos a esperar que terminara. Los lilas metieron un gol en el que Valverde y Toco se dejaron sobrar muy mal y bastó acelerar un poco para igualarlo.

El equipo parecía estar esperando el receso para reorganizarse y, esperemos, sea exactamente eso lo que haga. Porque como vamos, no llegamos a ningún lado.

Es muy penoso comentar de esta manera una victoria, y de visitante, además, pero, salvo que no se viera el partido, no queda más que eso. Con lo mal que jugó Real Potosí, con lo poco que puso para lograr la reacción, un Tigre con hambre debería haberlos destrozado.

Lo bueno son los tres puntos, que nos mantienen allí con algo de expectativa en el cuarto lugar, sin mucho chance de avanzar a mejores posiciones. Lo bueno es que se reaccionó a tiempo, justo al final, con gol de Alonso, y que se demostró que jugadores y capacidad hay, siempre y cuando haya ambición y el técnico no perjudique.

Lo malo fue la actitud del cuerpo técnico, timorato, inexperto, indeciso, sin ideas. Defendiendo un solo gol como si fuera un tesoro, frente al inagotable Darwin Peña que igual con su pase medido casi nos arrebata la victoria.
Es verdad que la tenencia de balón permite controlar el juego y de esa manera cuidar el resultado, pero ante un equipo que no ponía nada, eso era francamente ridículo.

Lo feo el juego exhibido. Un partido lento, lentísimo, desordenado, con Real Potosí frustrado desde el minuto uno, cometiendo todo tipo de faltas ante la pasividad del árbitro. Un partido con pocas emociones, donde el rival pateó de fuera y metió un pase filtrado (que fue gol) y más nada, y el Tigre manejó la pelota, y la manejo sin velocidad, sin sorpresa, sin llegadas muy importantes, sin definición. Un partido malo.

La verdad es que prefiero perder un clásico jugando, metiendo, luciendo un equipo bien trabajado (tampoco fue el caso el domingo, aunque el desempeño fue mucho mejor que contra Real), que ganarlo por la fuerza de la gravedad, como sucedió hoy, en un partido en el que parecía que se jugaba a ver quién hace el menor gasto.

Es cierto que puede haber pesado el desgaste del clásico, y sumado el largo viaje que significa llegar a Potosí, pero el partido fue muy pobre.

Esperemos que la dirigencia del Club, deje un momento su campaña por la Federación, y se siente a ver qué se hace con este cuerpo técnico timorato e inexperto, que no sabe a dónde llevar a nuestro Tigre. Tal vez habría que pensar hasta en el que fuera ayudante de campo de César Farías, si se empeña uno en mantener el grupo venezolano, antes que en mantener a Daniel Farías que francamente debe aprender mucho todavía, antes de dirigir un equipo como el Tigre.

La victoria del día de ayer frente a Real Potosí todavía no tapa ni corrige las falencias del equipo, pero le dota de tranquilidad para encarar el receso producto de la fecha de eliminatorias. Bolivia, sin posibilidades matemáticas de clasificar (único equipo que junto con Venezuela no se juega nada hasta el final de la eliminatoria) ha fracasado rotundamente en su campaña, mientras existen 7 equipos que lucharán por confirmar un lugar, amén de Brasil que ya está clasificado.

El Tigre necesita ajustar sus líneas y posiblemente, según el reporte médico o el tiempo que tarde en recuperarse, empezar a pensar que Pablo estará ausente por un lapso importante. Ganar en tierras potosinas fue un excelente regalo por el día del Hincha Stronguista, pero no se puede tapar el sol con un dedo. Todavía, en términos de nuestra posición en la tabla, pesan las últimas derrotas, las rotaciones y la ausencia de una idea de juego que pueda estabilizarnos luego de nuestra salida de la Libertadores.

Precisamente el día de ayer, Ricardo La Volpe, ex entrenador de la selección de México y de Boca Juniors (del que el periodismo argentino opina que no le gusta jugar con enganche) publicaba en su cuenta de Twitter un análisis con respecto a cómo puede pararse un equipo que no pueda contar con el típico 10. La Volpe afirma que el esquema que puede emplearse para tener seguridad en la defensa y presencia en el mediocampo es uno que, según él, siempre ha sido empleado por sus equipos: el 3-4-3.

Los tres centrales estarían acompañados de dos carrileros y dos volantes de ida y vuelta (cuya función sería más de contención que de llegada al área rival), ya que los tres atacantes tendrían el apoyo de los carrileros. La conformación del ataque es lo que precisamente vendría sostenido por todo ese andamiaje defensivo: dos “punteros” y un centroatacante de referencia. Es exactamente como jugó el Manchester United ayer frente al CSKA ruso: Mkhytarian y Martial por los costados, Lukaku como delantero de área.

Por supuesto que nosotros no tenemos un delantero de área desde que Gigena, por razones inexplicables hasta hoy, no participó de la campaña del 2004, o desde que Reyna no volvió desde el Tri-campeonato.

Podríamos jugar con Vargas y Vaca por los costados y adaptar a Alonso a ese rol. De todas formas contaríamos con una alternativa: el 5-3-1-1 que Villegas utilizó en la campaña de la Copa Sudamericana de 2005 (con, por ejemplo, Zackary Flores y el chapaco Rocabado como laterales, Coelho y Cristaldo como volantes de contención y arriba como único delantero a Líder Paz). En este caso, Alonso podría jugar de volante ofensivo, y Vargas ocuparía el lugar de atacante neto. La ventaja de jugar con tres volantes es que podríamos alinear a Chumacero, Veizaga y Castro, esta vez sí todos con la obligación de llegar a posiciones de definición en el área rival.

Farías tiene tarea por delante y el receso podría ayudarle, en especial con la calma necesaria producto de la victoria de visitante.

Luego del mismo, el equipo debe presentar una mejora ostensible.