introducción: illanes cree -y tiene razón- que el equipo está cansado. todos lo están. el campeón de este torneo atípico será el que mejor condición física exhiba o el que más y mejor regule. ante un siles vacío, el "flaco" apuesta por torres y sagredo en los laterales; la dupla uruguaya en la zaga central; wayar y castro en el medio; chura, willie y ramiro en el tridente; con el "toro" de punta. nacional repite el mismo "dibujo" y acusa tres bajas por covid en su delantera.

nudo: el ritmo inicial es cansino pero a los nueve minutos blackburn ya ha estrellado la pelota en el palo tras un testarazo a pase de ramiro vaca. la familia del chaqueño observa el "match" desde el quinto piso. al cuarto de hora, comienza el "show" particular de jeyson chura: a pie cambiado, traza una diagonal, gambetea corto hacia adentro y fusila con su pierna buena, de zurda.

el arquero de nacional se va a pasar toda la tarde gritando "orden, orden" desde su valla. el tigre se relaja tras el tempranero 1-0: es uno de sus defectos. merced a esta apatía (el partido parece de práctica no solo por la ausencia de público sino por el ritmo cansino de ambos), nacional crece y desperdicia un mano a mano, salvado -otra vez- por un gran daniel vaca. sobre el límite de la primera parte, otro recorte de chura es cambiado por penal que transforma willie barbosa. es la noche buena de jeyson.

desenlace: la segunda parte ve a un castro más enchufado, menos errático. el que no altera su desempeño es wayar, el motorcito del equipo de illanes. solo el chapaco es capaz de llegar a línea de fondo tras una mágica combinación entre castro y el "chiqui" torres, provocando un penal que pide ramirito vaca para dedicarselo a toda su familia. la pelota acaba en el travesaño. para culminar la mala suerte, vaca pega otro palo tras otra jugada excepcional de chura, ya libre de filtrar pelotas por todo el frente de ataque.

un perro juguetón que entra por la puerta cinco acaba en la cancha jugando con una botella de plástico después de recorrer todas las gradas. el "comandante" castro es el único capaz de atraparlo y con delicadeza sacarlo del "field" con un abrazo. cuando todo parece terminar, chura se cambia de banda, viene a la derecha y anota su doblete, tras taconazo de vaca.

solo con el 3-0 illanes hace cambios, tarde (minuto 80): campos por willie; rudy por chura; marteli por castillo, reinoso por castro; y reina por vaca. el equipo acaba jugando así de mitad de cancha para adelante: wayar-campos; rudy-reinoso de enganche-reina por izquierda: y un errático blackburn arriba. las banderas se caen en la curva sur y un grito solitario desde los edificios de la curva norte se escucha tras el pitido final en el silencio del "gigante": ¡vamos tigre!

post-scriptum: la dupla ramiro-jeyson, los dos por afuera, más barbosa por dentro regalará muchas noches buenas como ésta a toda la hinchada con juego vertical, pelotas filtradas y jugadas al primer toque. the strongest recupera la punta y afrontará tres finales en una semana: la primera en montero frente a guabirá. stronguistas, el esfuerzo no se negocia; la ilusión, tampoco.

Pastor Aramayo era básicamente el volante central de ese equipo.
Tremenda garra combinada con un potentísimo remate de media distancia, nuestro volante chapaco era una especie de obrero silencioso que entendía el futbol con una simpleza envidiable. Su trabajo era correr sacrificadamente por los otros tres genios, pero no concluía ahí: debía apoyar las llegadas en ofensiva y darle fluidez a la circulación del balón. Aramayo fue el antecesor de Sacha Lima y marcó el camino de Coelho y Cristaldo, entre otros.

“Maravilla Melgar” le entregó una jerarquía total a nuestro medio sector. Al afirmar que jugó en Boca Juniors y River Plate en los años 80, se dice casi todo acerca del eje de una columna vertebral atigrada que parecía que tenía el balón colado a su empeine con La Gotita; y que, si hubiera nacido en Brasil, hubiese valido decenas de millones de dólares. Pocos volantes en el mundo ahora mismo se le parecen.

Probablemente el español Alcántara o el alemán Kross tratan al balón con la misma delicadeza y eficacia que Melgar. Y antes de afirmar que el primero juega en el Liverpool y el segundo en el Real Madrid, solo recuerde que a Milton se lo disputaron entre xeneixes y millonarios.

Sergio Luna es un X-Men del fútbol. Uno de los mejores volantes ofensivos de nuestra historia, dueño de una zurda prodigiosa y precisa, podía anotar un gol mediante un remate perforador de 35 metros o construir paredes y definir de rabona. Melena al viento y número 10 en la espalda, nos fue fiel a pesar de sendas ofertas de rivales a los que les faltaba llevar maletas de dinero a la puerta de su casa. Luna no se fue nunca.

Encabezó el asalto además a la Copa Libertadores con actuaciones heroicas. Se encargó de hacernos respetar. Antes de Pablo, de Alex da Rosa y de nuestra principal carta…, ahora mismo, el brasilero Barbosa, tuvimos a nuestro servicio a colosal talento con el corazón tatuado de Tigre.

Villarroel estudiaba economía y en los últimos años intentó poner orden en la caótica asociación cochabambina. Suponga usted que el balón no le puede llegar a su delantero centro y sus extremos no están funcionando. El rival se ha plantado contundentemente en defensa, y sus volantes ofensivos se pierden entre los contenciones opositores. No se preocupe. “El Chango” puede gambetear en velocidad a los jugadores que sea necesario (si usted quiere, a los propios también) y luego puede incluso definir de chilena (tal y como nos regaló una victoria ante Baisa Bolívar en un clásico) como también ser un líder positivo por llevar los colores atigrados en su sangre. Azkargorta lo utilizó para las eliminatorias de Estados Unidos. Sus mejores años se los dio al Tigre, y no se fue del club inclusive en épocas de crisis profundas.

¿Qué es lo que pueden tener los 4 en común? Seguramente una mentalidad ganadora a toda prueba y en el tiempo, una capacidad de convertirse en mitos de nuestra historia. ¿No era preferible que la charla antes de jugar contra Atlético Mineiro la haya dado uno de ellos y no Carlos Mesa? ¿No era mejor que uno de ellos asesore a la perdida y neófita dirigencia que tuvimos en el centenario de la institución? Tal vez sí.